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martes, 18 de marzo de 2014

Sopa de espárragos trigueros

Al inicio de la primavera es una delicia darse un paseo por el campo y aprovechar para buscar espárragos trigueros. Algo más finos, más amargos y más intensos de sabor que los espárragos cultivados, son un delicioso manjar que gratuitamente nos ofrece la naturaleza, pues estas esparragueras como digo, son silvestres. 


Los espárragos son muy diuréticos, bajos en calorías, no contienen nada de grasa ni colesterol, son bajos en sal y ricos en ácido fólico, ácido amino, potasio, fibra natural y la preciada rutina. Con esta presentación ... ¿qué, os animáis a prepararlos?

Estos son los sencillos ingredientes que necesitamos para preparar esta rica sopa, como veis más sencillos no pueden ser:
- Media cebolla.
- 1 huevo.
- Unas hebras de azafrán.
- Un manojo de espárragos trigueros.
- Un chorreón de vinagre o de limón.
- Sal al gusto.


Comenzamos:


Empezamos picando la cebolla y rehogándola hasta que quede transparente. En ese momento añadimos los espárragos que tendremos picados y lavados y continuamos rehogando unos minutos más (recordad que la parte de abajo de los espárragos es algo leñosa, en cuanto notéis que no se cortan perfectamente despreciad esa parte, porque si no quedarán duros y desagradables al comerlos).


Cando ya estén los espárragos tiernos los echamos a una olla y les añadimos unos 4 vasos de agua por manojo de espárragos (calculad el tamaño del vuestro). Es el momento de ponerle un pellizco de hebras de azafrán. Y también sal al gusto. Dejamos hervir unos minutos y apartamos.


Ahora separamos la clara de la yema de nuestro huevo (aquí vimos una sencillísima forma de hacerlo). La clara la echamos a la sopa cuando esté recién apartada del fuego para que se cuaje bien. Sin embargo, la yema la dejamos en un vaso y le añadimos unas gotitas de vinagre o de limón y movemos bien.


Tras esto, esperamos unos minutos a que la sopa rebaje su temperatura y a que la clara del huevo se haya cuajado y cogemos un poco del caldo de la sopa y lo añadimos al vaso de la yema moviéndolo para que se atempere y no se cuaje cuando, a continuación, la añadamos a la sopa. Movemos bien. Notaréis como cambia de color y se vuelve más clara.


Y esto es todo, ya veis que es muy fácil de preparar pero os aseguro que está deliciosa. Si sois de las que vais por el campo sin perder detalle de las esparragueras, ésta será una sopa que os encante.

¡Feliz día, os mando una sonrisa!

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